Crónica de la Carrera

 

Carrera: I XATIVA NATURA TRAIL
Fecha: 28-04-2013
Ciudad: Xativa
Distancia: 20.730
Autor: Paco Cuenca Alonso

El hombre es él y su circunstancia. A menudo las circunstancias se acaban apoderando del hombre hasta convertirlo en una mera sombra.

El domingo por la mañana yo era más circunstancias que hombre. El día anterior a la carrera había empezado tras una breve noche y las susodichas impidieron encontrar el necesario descanso a lo largo del día. No sólo eso, el plan de la tarde-noche del sábado consistió en una agradable pero exigente cata de tintos del país. Fue una de esas catas en las que no escupes.

El domingo amaneció temprano, mojado, frío y aún oscuro. En la cabeza pesamientos inmorales: ¿y si no voy qué? En el paladar, los regustos del vino ingerido apoyaban la moción. En ese estado hice la bolsa, de entre todas las cosas no podía faltar el chubasquero...

El viaje a Xativa desde Valencia son unos 50 minutos en modo ahorro de combustible. El GPS me llevó hasta las inmediaciones de la salida, en la Alameda Jaume I. La lluvia era incesante y los escasos 15 minutos de cola para recoger el dorsal bajo la lluvia no auguraban un día fácil. De los 1.500 corredores apuntados sólo comparecieron unos 400. La primera cuesta, la que te lleva de la cama a la temprana, mojada, fría y oscura mañana dominical había hecho estragos.

A las 9 puntual empezó la carrera por las cálles de Xativa. Tras unos breves y engañosos primeros metros de asfalto llano la carrera nos llevó cuesta arriba encarando las montañas que cercan la ciudad. Empezaban 21 km de un recorrido espectacular, con mucha roca y barro, subidas y bajadas muy técnicas sin apenas tracción, peligro inminente y numerosas caídas, caminos junto al río, ríos convertidos en caminos y caminos en ríos. El punto más duro de la prueba, en el km 8, después del primer avituallamiento, es una subida recta y rota con pendientes del 30% que te hace sacar lo mejor de ti mismo y te recuerda que las catas de vino no acaban hasta que llegas a la meta. Espectacular además con las nubes bajas coronándola.

La carrera hace honor a su nombre y el entorno natural es espectacular, mostrándonos como a veces tenemos pequeños paraísos desconocidos a la vuelta de la esquina. Toda la carrera transcurre entre aromas de tomillo y romero, potenciados por la lluvia, que no paraba.

La carrera esconde numerosos sube y bajas, culminados con una bonita pero dura subida al castillo en el km 19 cuando ya las fuerzas van justas. La entrada a Xàtiva es toda cuesta abajo, se agradece para poder recuperar y entrar en la meta con buena cara. Las fotos demostrarán que la cara era sin embargo de circunstancias.

Mención aparte merece la organización de la carrera. Pese a ser la primera edición y pese a la lluvia y frio, todo funcionó como un reloj suizo. Había voluntarios cada 500 m a lo largo de todo el recorrido, hasta en los más recónditos lugares. Magníficos avituallamientos e incluso sistema de sonido y speakers en el primero. Los corredores nos sentimos arropados a lo largo de todo el recorrido.

La lluvia y el frío impidió disfrutar de la forma adecuada la merecida recompensa de arroz al horno con la que nos trató la organización, estábamos para poco más que para ponernos algo de ropa limpia y refugiarnos en el coche par emprender la vuelta a Valencia.

La bolsa del corredor contenía la tradicional camiseta y la propia bolsa, una mochila de esas que duran un sólo uso y por tanto muy prescindible.

El año que viene volveré, sin cata esta vez.