Tendinitis del Tibial Posterior (RUNNERS)

 

Las tendinitis, que como su nombre indica son inflamaciones del tendón o de su vaina de recubrimiento, tienen mala prensa en el medio deportivo. Han sido causa directa del abandono de la práctica deportiva tanto en corredores de élite como populares.

 

LA TENDINITIS DEL TIBIAL POSTERIOR

La sensación que produce el cuadro clínico de "tendinitis del tibial posterior" es de dolor en la parte interna del pie, bajo el tobillo o en el mismo canto llegando, incluso, a la fascia plantar.

Se puede confundir con la "tendinitis aquílea baja", con la fascitis plantar o con la distensión del ligamento interno del tobillo, también llamado ligamento deltoideo. Por arriba, la tendinitis del tibial posterior, es dolorosa en la parte anterior del sóleo y en la del gemelo interno, especialmente en su tercio inferior. También duele al estirar gemelos flexionando el pie hacia la pierna.

El músculo tibial posterior se origina en la cara posterior y superior de la tibia y en la cara posterior del peroné, y se inserta en el hueso escafoides, en el calcáneo (o talón) y en las tres cuñas del pie y bases de los metatarsianos (los radios de los dedos) segundo, tercero y cuarto. Con esta amplia zona de inserción el músculo obtiene suficiente fuerza para conseguir volcar el pie afuera, haciendo que la planta mire hacia adentro. Por tanto (como el tibial anterior) es un músculo "inversor del pie. Accesoriamente el tibial posterior, a diferencia del anterior, contribuye a la flexión plantar del tobillo. Supinación y flexión de la planta del pie es lo que hace cuando nos apoyamos sobre el pie.

Las tendinitis del tibial posterior son frecuentes en corredores, y responden estupendamente al estiramiento suave, siempre que se haga correctamente. Por ello se recomienda que no falte este estiramiento, como el del tibial anterior, en la rutina diaria tras realizar la práctica deportiva.

Para estirar el músculo tibial posterior se flexiona la rodilla y se tracciona del pie (afuera la mano) volcando la planta hacia el exterior. Si tiramos de los dedos (especialmente, segundo, tercero y cuarto) notaremos una tensión por la parte interna de la pierna (delante de la zona interna del músculo sóleo). Mantener, sin dolor, durante al menos veinte segundos cuando hayamos localizado correctamente el músculo. En los pies excesivamente pronadores, los más frecuentes, este músculo y por ello su tendón se estresan e inflaman con frecuencia. Se imposibilita, de este modo, la flexión del pie hacia la pierna y duele incluso estirando o si el estiramiento no se hace bien. No hay que forzar, por tanto.

El protocolo terapéutico más aconsejado para las tendinitis del tibial posterior, a parte del estiramiento preventivo, se basa en la aplicación de hielo en el borde interno del pie, en la planta y en el tobillo, por la zona que corre el tendón. También el masaje de vaciados venosos y los amasamientos de los músculos posteriores y anteriores de la pierna, que en esta zona del cuerpo se llaman "malaxaciones".
La electroterapia con microonda y ultrasonidos es interesante aunque hay que tener cuidado con la proximidad del hueso y si irritable periostio, en el caso de los ultrasonidos, pues no sería la primera periostitis que vemos tras la aplicación excesiva de este medio físico vibratorio.
El vendaje funcional específico de este tendón y la toma de algún preparado homeoterápico como Osteoheel, Traumeel o Lymphomyosot (laboratorios Heel) ayudarán a drenar convenientemente toda la zona.Tendinitis del Tibial Posterior

La sensación que produce el cuadro clínico de "tendinitis del tibial posterior" es de dolor en la parte interna del pie, bajo el tobillo o en el mismo canto llegando, incluso, a la fascia plantar.

Se puede confundir con la "tendinitis aquílea baja", con la fascitis plantar o con la distensión del ligamento interno del tobillo, también llamado ligamento deltoideo. Por arriba, la tendinitis del tibial posterior, es dolorosa en la parte anterior del sóleo y en la del gemelo interno, especialmente en su tercio inferior. También duele al estirar gemelos flexionando el pie hacia la pierna.

El músculo tibial posterior se origina en la cara posterior y superior de la tibia y en la cara posterior del peroné, y se inserta en el hueso escafoides, en el calcáneo (o talón) y en las tres cuñas del pie y bases de los metatarsianos (los radios de los dedos) segundo, tercero y cuarto. Con esta amplia zona de inserción el músculo obtiene suficiente fuerza para conseguir volcar el pie afuera, haciendo que la planta mire hacia adentro. Por tanto (como el tibial anterior) es un músculo "inversor del pie. Accesoriamente el tibial posterior, a diferencia del anterior, contribuye a la flexión plantar del tobillo. Supinación y flexión de la planta del pie es lo que hace cuando nos apoyamos sobre el pie.

Las tendinitis del tibial posterior son frecuentes en corredores, y responden estupendamente al estiramiento suave, siempre que se haga correctamente. Por ello se recomienda que no falte este estiramiento, como el del tibial anterior, en la rutina diaria tras realizar la práctica deportiva.

Para estirar el músculo tibial posterior se flexiona la rodilla y se tracciona del pie (afuera la mano) volcando la planta hacia el exterior. Si tiramos de los dedos (especialmente, segundo, tercero y cuarto) notaremos una tensión por la parte interna de la pierna (delante de la zona interna del músculo sóleo). Mantener, sin dolor, durante al menos veinte segundos cuando hayamos localizado correctamente el músculo. En los pies excesivamente pronadores, los más frecuentes, este músculo y por ello su tendón se estresan e inflaman con frecuencia. Se imposibilita, de este modo, la flexión del pie hacia la pierna y duele incluso estirando o si el estiramiento no se hace bien. No hay que forzar, por tanto.

El protocolo terapéutico más aconsejado para las tendinitis del tibial posterior, a parte del estiramiento preventivo, se basa en la aplicación de hielo en el borde interno del pie, en la planta y en el tobillo, por la zona que corre el tendón. También el masaje de vaciados venosos y los amasamientos de los músculos posteriores y anteriores de la pierna, que en esta zona del cuerpo se llaman "malaxaciones".

La electroterapia con microonda y ultrasonidos es interesante aunque hay que tener cuidado con la proximidad del hueso y si irritable periostio, en el caso de los ultrasonidos, pues no sería la primera periostitis que vemos tras la aplicación excesiva de este medio físico vibratorio.
El vendaje funcional específico de este tendón y la toma de algún preparado homeoterápico como Osteoheel, Traumeel o Lymphomyosot (laboratorios Heel) ayudarán a drenar convenientemente toda la zona. Las tendinitis que ahora nos ocupan se originan por sobreuso crónico y también por desequilibrio dinámico entre los músculos anteriores de la pierna (más débiles) y los posteriores (mucho más desarrollados y fuertes, son los gemelos y el sóleo). Hay que recordar que en Medicina "pierna" es únicamente el espacio desde la rodilla hasta el tobillo, por tanto la pierna excluye el muslo y sus músculos.
Estudiaremos a continuación la tendinitis del músculo tibial posterior y la tendinitis del músculo tibial anterior.

Estas dolencias se acrecientan cuando corremos por terrenos más irregulares o al tropezar forzando los dedos de los pies. También es frecuente este tipo de tendinitis en corredores de gran talonación, es decir, aquellos que golpean el suelo con violencia y "sonoridad"..