La feria del corredor es abrumadora, instalada en un antiguo aeropuerto vas pasando hangares llenos de puestos de ropa, calzado, suplementos, etc... después de un buen paseo llegas a la zona de dorsales, aquí ya no dejan pasar a los acompañantes aún así la afluencia de gente es exagerada y eso que fuimos el viernes para evitar aglomeraciones.
La bolsa de corredor es normalita, aunque tiene un doble uso porque te sirve para luego dejar la ropa en la carrera, no se puede entrar con otro tipo de mochila por seguridad. Lleva algún suplemento de Powerbar, una esponja, publicidad y la camiseta no técnica que nos han colado por 25€...
El libreto de información es muy completo con todos los detalles de la carrera.
La Carrera
Son las 8 de la mañana, la puerta de Brandeburgo acoge a todos los corredores que se van dirigiendo hacia la salida. Nosotros llegamos al punto de encuentro dando un ligero paseo desde el hotel, prefiero no arriesgar a coger el metro y que se retrase o vaya lleno... riesgos los justos!
El tiempo es perfecto, hace un poco de frío, no corre aire y totalmente despejado.
Nos dirigimos a la salida, nos despedimos de los acompañantes y entramos al recinto, nos preparamos y dejamos la bolsa en el guardarropa, a mear y a dirigirnos a la salida. El recinto es tan grande que al final llegamos a los cajones sólo con unos 5 minutos antes de que empiece la carrera. Al empezar en Tiergarten puedes mear donde te plazca porque los servicios que han puesto no dan abasto.
Dan la salida... aplausos y globos al aire, pero a mi aún me queda un rato, la segunda oleada sale más tarde. Oigo como cae agua, me giro y voy a avisar al que tengo al lado que lleva la botella abierta y se le está cayendo el liquido. Cuando me fijo bien me doy cuenta que el tio se está meando encima!! joder, que guarro y encima mira hacia delante como si no pasara nada, me abro hueco hacia la derecha y me alejo...
Segunda salida! que empiece la fiesta!
La avenida es muy grande y enseguida se puede correr bien, los primeros 5k bajo de 25 minutos, las pulsaciones altas pero creo que es porque se raya el pulsometro con tanta gente...
Empiezan a caer kilometros y empiezo a cansarme de adelantar gente y zigzaguear, voy pasando gente de mi grupo y supongo que de otros de delante. Los avituallamientos son un caos, la gente se para, tienes que ir con cuidado de no tropezar, los vasos son de plástico duro y es complicado beber.
Intento no ser muy negativo y centrarme en encontrar un ritmo constante e ir haciendo camino, pero es complicado, no me encuentro muy fino. En el 18 ya no mejoro tiempos y me tocaría hacer la segunda media más rápida que la primera para bajar de 3:30.
Decido tomarme la primera media como un entrenamiento, beber, comer y en la segunda ya veremos. Como plátanos, muchos, no me salto un avituallamiento ni liquido ni solido. No tomo ni un gel, pensaba que daban en carrera pero me entero sobre la marcha que sólo es en el 27, asi es que cambio de táctica, sólo agua, isotónico y plátanos.
Llega la media, los ánimos de Pepe y Alicia siempre ayudan, estuvieron recorriendo el subsuelo de Berlin para darnos ánimos en el 7, 21 y 32.
La animación en esta parte de la carrera es enorme, de gente y de grupos de música, eso motiva pero el elemento que hizo cambiar fue ver a un aficionado con el cartel de WR 2:02:57, pensé que si habían batido el record del mundo yo podía batir el mío. Cualquier excusa es buena para motivarse. Empiezo a acelerar un poco el ritmo pero sigo teniendo mucho respeto al km30 que es donde caí el año pasado por calambres en las piernas.
Llego al 32, de momento las piernas bien, luego el 35, el muro, no el de Berlín, el otro. No veo el muro, voy bien, mejor que en la primera media, sigo intentando bajar un poco el tiempo medio por kilómetro sin tener que arriesgar demasiado. En este momento decido ya no parar en ningún avituallamiento, son 35 minutos a meta y si quiero tener alguna opción de bajar de 3:30 ya no puedo perder ningún segundo. Cada paso por el avituallamiento era pérdida de ritmo, parón, riesgo de tropezón...
Llega el 39, se apaga el garmin. Sin referencias de tiempo empiezo a apretar un poco y en el momento en que cruzo el 40 decido ir a por la marca. Ya sin mirar el reloj, sólo apretar los dientes, elevar pulsaciones y esperar que las piernas aguanten.
Paso el 41, giro a la derecha, ya me voy abriendo y acelerando, paso cada vez a más gente y eso me da más energía, giro a la izquierda y ya se ve la puerta de Brandeburgo. Enorme. Sigo apretando por un lateral y ya en la explanada de la puerta la zancada cada vez más grande. No pensaba llegar así de fuerte, unas sensaciones totalmente diferentes a años anteriores.
Cruzo la puerta y a 300 metros está la meta. Por la llegada están los fotógrafos, acelero la marcha al tiempo que voy apretando los puños y pegando gritos, ya no por el tiempo sino por la forma de acabar. Levanto los brazos y cruzo la meta.
Al llegar a la zona de las mochilas veo al capi, me pregunta, le digo que bien pero que no se si he bajado de 3:30. Los dos estamos eufóricos, un mexicano que está al lado nos mira sonriente y nos da la enhorabuena.
Salimos fuera a la zona de encuentro con la familia (por cierto, muy bien montado, una explanada con postes de la A a la Z para que por apellido te encuentres con los familiares), llegamos a la P y lo primero que le pregunto a Alicia es si he bajado de 3:30... me dice 3:29 ... y grito de emoción!!!